domingo, 5 de octubre de 2014

Castillo de Olivenza



Castillo situado en la localidad extremeña del mismo nombre, en la  provincia de Badajoz, con claras reminiscencias tanto españolas como portuguesas, debido a la alternancia histórica de la zona bajo ambos reinados.

En 1228 los templarios recuperan la taifa musulmana de Badajoz para el rey Alfonso IX de León. Como pago, el rey les cedió, entre otras concesiones, la aldea de Olivenza (Olive-entia), donde construyeron un templo a Santa María y un castillo, levantado sobre otro anterior de origen musulmán.

Posteriormente, dada su posición estratégica junto a la frontera de Portugal, el Rey Alfonso X desalojó a los Templarios, cediendo la plaza al Obispo de Badajoz.  Más tarde, en 1297, La Reina María de Molina, como tutora del Rey, aún menor de edad, Fernando IV de Castilla, la cede, al Rey Dinis de Portugal (Dionisio I), según firmaron ambos en el Tratado de Alcañices, por el cual los portugueses persistían en su apoyo al Infante Juan de Castilla que pretendía  el reino de su sobrino Fernando IV.

La aldea, que durante esta época  llegó a adquirir la categoría de villa, fue colonizada con portugueses y sometida a diversas reconstrucciones, incluido su castillo.

En 1657 se apoderó de ella para España el Duque de San Germán, pero un año después, por el Tratado de Lisboa, en el que se firmaría la paz definitiva entre ambos reinos, vuelve a manos lusas, volviendo a manos españolas en 1801 por el Tratado de Badajoz.

En 1811, durante la época napoleónica, fue tomada por los franceses, pasando posteriormente a ser reconquistada primero por los portugueses y después y definitivamente, por los españoles.

Con estas alternancias históricas en el dominio de la ciudad y las continuas modificaciones que se produjeron en su castillo para adecuarlo a cada una de las épocas vividas, no es de extrañar que en él se presenten valiosas muestras arquitectónicas y artísticas tanto civiles, como militares, como religiosas, de los estilos español y portugués.

En cuanto al castillo en sí, podemos decir que nos encontramos ante un castillo sobrio, amurallado con grandes muros, tanto por lo alto como por lo ancho de los mismos, sin almenas, con una Torre del Homenaje de una altura considerable respecto al resto de la construcción y con una zona amurallada de grandes dimensiones en forma de cuadrado.

Muralla y Torre del Homenaje

Empezaremos hablando de la muralla. Mandada construir por el Rey portugués D. Dinis a principios del siglo XIV con el fin de proteger tanto el castillo como la ciudad. Presenta forma cuadrada de lado desigual, cerrada por cuatro puertas escoltadas por dos torreones, una en cada cortina, la de Alconchel, la de Gracia o Espíritu Santo, la de San Sebastián y la de Los Ángeles, prácticamente tapada con la posterior construcción del palacio de los Duques de Cadaval y de la que hoy solo queda el arco.

Muralla y puerta de Alconchel

La construcción está formada por muros muy gruesos y altos, de unos tres metros de ancho por doce de altura, de mampostería, es decir, sin ningún tipo de argamasa o mortero para unir sus piedras, con grandes torres de paredes ciegas en su recorrido. Al igual que el resto del castillo no presenta almenas, realizándose la defensa desde matacanes en sus torres.

Muralla exterior y torres

Con el tiempo y debido al progresivo desarrollo de la ciudad, las murallas del castillo se fueron quedando pequeñas, lo que llevó a la construcción de una segunda, una tercera y hasta una cuarta muralla defensiva, conservándose ésta última, donde podemos admirar el sistema abaluartado de su construcción, con apenas restos de la segunda y tercera muralla.

Parte de la cuarta muralla de la ciudad

Respecto a las puertas de la ciudad, podemos destacar la puerta de Alconchel, con un arco de medio punto abovedado y rematada a cada lado con un torreón circular.


Puerta de Alconchel

La puerta de los Ángeles, como hemos dicho integrada en la construcción posterior del palacio de los Duques de Cadabal, también de medio punto y rematada por un frontón.

Puerta de los Ángeles

La puerta de San Sebastián es el acceso más próximo a la Torre del Homenaje. También con un arco de medio punto.

Puerta de San Sabastián

De la cuarta puerta, la de Gracia o Espíritu Santo, no existen restos.

Por su belleza y estado de conservación vamos a destacar también la puerta del Calvario, en la cuarta muralla exterior de la ciudad.

Puerta del Calvario

Respecto a la Torre del Homenaje podemos decir que fue mandada construir por el Rey Juan II de Portugal en 1488, siendo en su día con sus cuarenta metros de altura por dieciocho de lado, la más alta de Portugal.

Torre del Homenaje y plaza interior del castillo

La torre tiene tres pisos a los que se accede a través de diecisiete rampas en espiral con cubiertas de bóveda. Construido así para poder acceder a los pisos superiores con caballos y animales de carga, para un mejor abastecimiento de las plantas superiores, dada su finalidad militar.

Interior de la Torre del Homenaje

En cuanto a su estructura exterior podemos decir que presenta una construcción tan recia como las murallas. De mampostería  en piedra, alternándose en algunas partes del edificio con el ladrillo, reflejando su origen árabe. En su enorme construcción podemos observar pequeñas saeteras para disparar flechas, así como matacanes en su parte superior.

Torre del Homenaje

En cuanto a su decoración interior cabe destacar la última planta por su decoración con capiteles y sus ornamentos arquitectónicos.

Como apoyo defensivo, los portugueses construyeron atalayas de vigilancia, con contacto visual desde el castillo, para avisar rápidamente de los ataques castellanos.

Cabe destacar también que exteriormente a las muralla existía un foso inundable del que se conserva, en el lado norte, una pequeña muestra descubierta en el año 1988 a consecuencia de unas obras.

Foso

Como curiosidades de este castillo, a parte de la mencionada pertenencia la corona portuguesa y española de forma alternativa, podemos decir que sirvió de cárcel hasta 1975 o que, actualmente, en sus instalaciones alberga el Museo Etnográfico Municipal, con una colección de más de 7000 piezas que ayudan a comprender la evolución de la población de Olivenza desde mediados del siglo XIX.

Museo Etnográfico en la Torre del Homenaje

Cabe destacar también que, entre otros edificios importantes para Olivenza, dentro del recinto amurallado del castillo, se encuentra la iglesia de Santa María del Castillo, de finales del siglo XVI, en cuyo interior podemos visitar, junto con otras muchas riquezas culturales, un retablo con el Árbol de Jessé, árbol genealógico de la Virgen María, que con sus 10´29 m. es el más grande del mundo.

Árbol de Jessé

También hay que mencionar, como curiosidad, que la actual frontera de Olivenza es española pues así fue estipulado en 1801 en el Tratado de Badajoz, que ponía fin a la que se denominó Guerra de las Naranjas y que subsiste como fundamento jurídico de la soberanía española sobre la población. Dado que la frontera estipulada mediante un tratado sólo puede ser alterada por otro tratado de igual naturaleza, Olivenza es, por el momento, puramente española, aunque en sus calles, su cultura y en el sentir de sus habitantes, conviven la tradición española con el espíritu portugués.



Podéis ver más imágenes en: Fotos del Castillo de Olivenza

Página oficial del Ayuntamiento de Olivenza: Ayuntamiento de Olivenza


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